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Cuando la amabilidad lo cambia todo


May 2025

Durante años, Badah* estaba segura de una cosa: Dios no existía.

Ella vivía su vida desafiante, hablando en contra de cualquier noción de fe. «Dios es una mentira», decía. «No existe tal cosa».

Vivir en Oriente Medio la había vuelto hostil a la idea misma de cualquier Dios. Cada vez que hablaba del tema, sus palabras eran duras, llenas de ira, y nunca se reprimía a la hora de decirles a los demás exactamente lo que sentía.

Y, sin embargo, en el fondo, algo le faltaba.

Aunque negaba la existencia de Dios, sentía un vacío que persistía en lo más profundo de su ser. Sus fuertes argumentos nunca llenaban el vacío que sentía en su interior, sino que resonaban en ese abismo, dejando al descubierto el vacío que sentía.

Entonces apareció la hermana Anissa*.

Normalmente, Badah no habría tenido tiempo para alguien como ella, pero Anissa era diferente. Ella no era solo una mujer de fe, ella era amable. Genuinamente amable. Así que, cuando le preguntó a Badah si su casa estaba libre para celebrar reuniones juveniles, Badah le dio una respuesta que no esperaba. No porque creyera en el mensaje que Anissa compartía, sino porque creía en Anissa. La respetaba. Veía algo real en su amabilidad. Y aunque Badah no tenía intención de abrir su corazón, abrió su puerta.

Al principio, solo escuchaba desde un lado. Observaba. Observaba cómo oraban esos jóvenes, cómo se apoyaban unos a otros, cómo hablaban de Jesús con amor y certeza. Hasta que, finalmente, algo se removió en su interior.

Después de ver a los niños que había acogido en su casa orar durante semanas a un Dios en el que ella nunca había creído, ella hizo algo verdaderamente revolucionario. Les pidió que oraran por ella.

Al principio, los cambios en Badah fueron pequeños. Pero poco a poco, su corazón se fue ablandando. La amargura comenzó a desvanecerse. Se sintió atraída por la revista Spark, empapándose de sus mensajes, viendo vidas transformadas ante sus ojos. Y entonces, creyó.

«Ahora sé que Dios es real», dice Badah. «Creo en Jesucristo».

Ahora, la mujer que una vez negó a Dios le dice a todo el mundo que Él está vivo.

«Doy gracias al Señor,» dice. «Y doy gracias a Spark, porque a través de ella lo encontré».

*Se han cambiado los nombres por motivos de seguridad.

In Chile the translation for Spark is “Chispa”

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